1. Asegúrate que haya conflicto. Tener diferencias entre colegas es normal. El conflicto surge cuando éstas dañan o ponen en riesgo los resultados, la efectividad o la relación entre las partes. Si sólo hay diferencias, no hagan grande la situación, no es un conflicto.
2. Define quién decide. Identifica y deja claro los niveles de autoridad para determinar, desde el principio, quién tomará la decisión en caso de no llegar a un acuerdo.
3. Distinga hechos de opiniones. No sustente sus diferencias en comentarios y opiniones. Debe basarse en hechos, es decir, en actos y situaciones verificables por las partes en cuestión. Lo que no es verificable, no debe ser considerado como un hecho.
4. Pidan y compartan ejemplos. Para generar hechos es necesario que las partes compartan ejemplos que expliquen o representen lo que quieren decir. Al dar tu opinión menciona ejemplos de lo que quieres decir y al escuchar, pide a la otra parte que te comparta los suyos.
5. Posterga. Si el conflicto surge en tiempos de crisis en los que no hay tiempo para resolverlo, apela a que la persona en autoridad decida y los demás respalden, pero aclara que el tema se abordará una vez resuelta la crisis o teniendo el tiempo suficiente.
6. Sé investigador, no juez. Si te piden mediar en un conflicto no tomes posición de juez o evaluador, sino enfócate en entender a cada parte. Manifiesta un claro deseo por comprender y encontrar soluciones más que culpables.
7. Si hay emociones fuertes, ventila. Cuando las emociones de las personas en conflicto son fuertes y evidentes lo mejor es postergar la discusión o al menos hacer un receso y pedir a las partes que tomen unos minutos para “enfriarse”. Es ideal que salgan a un lugar al aire libre, pues al recibir más oxígeno, sus emociones menguan y aumenta su capacidad racional.
8. Tengan como parámetro los valores y políticas de la empresa. Cuando las diferencias son de valores y decisiones éticas no te enfoques en conocer las creencias de cada uno de los participantes, evita preguntas como: “¿Qué es lo que tú crees?, ¿cuáles son tus valores?” Pues ello derivará en discusiones filosóficas, no prácticas. Si hay que resolver un tema ético, los parámetros deben ser las políticas y valores de la compañía.
9. Pida apoyo de un profesional. Cuando no se ha logrado resolver un conflicto y la situación es repetitiva o constante conviene solicitar los servicios de un facilitador o mediador que les ayude a llegar a un acuerdo.
10. Pon las cosas en perspectiva. Recuerda que es normal e incluso sano que haya diferencias de opiniones. Estas se deben a que cada quien tiene diferente información, prioridades, perspectivas e intereses. Si logras entender por qué el otro piensa como lo hace, te será más fácil resolver las diferencias.